"I can't see me loving nobody but you for all my life."
Si hay una película que me llama especialmente la atención por su estética, esa es Happy together (1997) del cineasta hongkonés Wong Kar-Wai. El director, junto con Christopher Doyle como director de fotografía, consigue de manera muy precisa dotar de una carga dramática extra a un guión y a la relación entre unos personajes que de por sí ya suponen un torbellino narrativo para los propios protagonistas y para el espectador. Todos los elementos visuales de la película, desde la iluminación hasta las locaciones, pasando por el reflejo de los luminosos en la noche, la sangre, el uso de gamas cromáticas o la decoración de los espacios, confluyen hasta llevar al espectador a un punto de ebullición que les hace experimentar el desenfreno del amor, lo primitivo del sexo, el sentimiento de aceleración y autodestrucción por un amor descompensado, la soledad, la angustia, el desgaste o el quebranto que a veces supone dejar el pasado atrás.
A continuación, algunos de mis fotogramas favoritos.











